domingo, 23 de marzo de 2014

¡VIVA EL FÚTBOL! (por Raúl Sánchez Saura)


Dedicado a Ella.
Lo admito: soy un renegado. Gran parte de mi vida he ignorado y secretamente despreciado el fútbol. Iluso yo. Los éxitos de la Roja despertaron en mí la afición a este deporte, a este arte, que se ha mantenido hasta hoy con total fidelidad y dedicación al balompié. Pero esa fidelididad, esa fe religiosa se puso a prueba el viernes pasado por los oscuros tejemanejes cual Padrino de la UEFA. He dudado, amigos míos, del fútbol. Y así, con el hastío del reciente agnóstico me dispuse a ver el Madrid-Barça de ayer, con escaso interés y sin ninguna certeza. Pero entonces vi. Sí, vi. Vi a la diosa fútbol (la divinidad sólo puede ser mujer), vi que existe y que no nos olvida. Que en ocasiones desciende a la tierra y concede la gracia a 22 guerreros sobre el verde césped. Anoche ocurrió y nunca lo olvidaré. Ahora creo más que nunca porque he recuperado la fe.
Recibía el líder a los azulgranas, a los que nada salvo una victoria podría asegurarles tener todavía algo que decir en la Liga. Bajo presión, debían enfrentarse a todo un Real Madrid enrachado que desde el colchón de los cuatro puntos contemplaría a los pequeños culés cual desdichados mortales. No diré craso error. Con los titulares previstos en ambos bandos (salvo Neymar por parte azulgrana, junto con Cesc, menospreciando el Tata la labor de Alexis y Pedro en la goleada al Osasuna). La diosa le dio la razón porque lo que vimos ayer no fue un partido, no fueron 90 minutos de hombres sudando tras una pelota, fue un espectáculo. El mayor del mundo, una obra de ingeniería y de arte, de pasión y de cojones que sólo el azar decantó a favor de un lado y no del otro. Aquí prefiero pensar en el azar, en efecto, la diosa no puede engañarme.
A las nueve de la noche comenzó el duelo de los enemigos inmortales, el mayor encuentro entre clubes del globo. Y no pudo empezar mejor, con la presión alta y la fiereza blanca junto con la precisión, el balón y el toque del Barcelona, la tónica de siempre pero alcanzando toda una nueva dimensión. Se vio fútbol en el Clásico, por primera vez en mucho mucho tiempo, desde el 5-0 seguramente. Nunca un Madrid-Barça me maravilló tanto y esta vez por ambas partes. Pero anoche los culés también salieron a revolucionar el encuentro desde el primer momento, conscientes de que sólo la victoria les daría esperanzas en la Liga y en lo que queda de temporada.
Y por eso los goles no tardaron en llegar, la sal del fútbol. Iniesta, en el minuto 7' con todo un misil teledirigido como la semana pasada. Don Andrés, el mago de Fuentealbilla, entre ocasiones de unos y otros aprovechó una asistencia en largo de Leo Messi para lanzar un auténtico zurdazo cruzado a media altura imposible para Diego López. ¡Eso era comenzar! ¡El Bernabéu ensordecía!
Pero aquello no era el final, sino sólo el principio porque el primero en el luminoso para el Barça despertó a toda una bestia, el 9 blanco y galo que fue el mejor jugador de la primera parte y del Real Madrid en los noventa minutos. Porque no sólo empató para su equipo en el 21' de cabezazo escudado por un brillante Di María, sino que también volteó por completo el encuentro a los dos minutos. De nuevo con asistencia del rosarino, ¡qué genial el francés! Indomable, superior a la débil defensa azulgrana, hizo cuanto quiso donde quiso y mantuvo él solo vivo a su equipo. Le quitó el foco por completo a Cristiano Ronaldo.
Las esperanzas blancas reaparecieron mientras los culés luchaban por no venirse abajo, nada decidido ni mucho menos. Ambos equipos luchando cuanto podían, con infinidad de ocasiones y Benzemá buscando el tercero por su cuenta, como si fuera el renacido Pelé. He de decir, pese al sorpresivo empate, no perdí la esperanza por mi equipo. Todos veíamos la total igualdad en aquella maravilla de encuentro de ida y vuelta, con espacios para la creación de todos, nada seguro en aquella batalla sin cuartel. El Barcelona comenzó a hipnotizar y esconder el balón, el Madrid bajando la presión y replegándose poco a poco hasta que la diosa fútbol guiñó al deporte y concedió el empate azulgrana con Leo Messi, el mayor genio en la historia del balompié y así dio más vida al encuentro. Con jugada colectiva del equipo, recibió de Neymar en el punto de penalti y a la red. Superaba a Don Alfredo como máximo goleador en la historia de los Clásicos. Y con esto, el 2-2 en el marcador y todo por decidir, llegó el descanso. Ni comento la tontería de Pepe.
El empate no serviría para los visitantes y por tanto salieron a rematar a un Madrid sobre el que nunca se impusieron completamente, ni los blancos sobre ellos. En el 54' Undiano pitó penalti de Alves sobre Ronaldo, fuera la verdad sea dicha pero pelillos a la mar. Anoche hubo polémica pero un Clásico sin ella no es lo mismo y robó cuanto quitó, como si no hubiera habido. Ni entradas duras siquiera, chapó ambos equipos. En honor del fútbol todo palidece. El luso metió su tanto y rescataba a los blancos: 3-2 y cada vez con menos tiempo. De seguir así el encuentro los merengues quedarían a 7 puntos por encima del Barcelona, claros favoritos a ganar la Liga frente a la competencia de los atentos colchoneros, los que más celebraron ayer.
Menos de diez minutos después Ramos hizo falta sobre Neymar y vio roja al ser último defensor. Y penalti. Aquí muchos querrán criticar, pero el de Camas ni siquiera se quejó, indicativo. Y el argentino mundial, la pulguita cósmica, el D10S no hizo sino empatar el partido. ¡3-3 a falta de 30 minutos y con un jugador más! ¡Messi ya superaba a Hugo Sánchez en Liga, por delante sólo el mítico Zarra! Dejaba atrás a dos ídolos merengues en un solo encuentro. Aquello era la locura, varios infartos debió provocar. Hora de quemar las naves, ambos técnicos lo hicieron: salió Pedro por Neymar (cambio correctísimo, el carioca no tuvo su día) y Varane por Benzemá (¡FIGURA! El mejor de los suyos. Sin él ni Di María el Madrid se vino abajo) para equilibrar la defensa. Pero la bestia no se relajaría ni mucho menos: olieron la sangre y estaban a un gol de seguir con vida. Fueron a por él y comenzó el mayor asedio visto en la historia desde Cádiz 1812. Que se lo digan al palo blanco. Cesc veria banquillo por Alexis en el 78': ofensividad o muerte. Con un Real Madrid cada vez más disminuido y un Barcelona pletórico. Y LLEGÓ, CÓMO NO PODÍA LLEGAR SI LO TRAJO EL ARGENTINO. 4-3 a falta de 5 minutos y el hat-trick particular de Messi. Los blancos, contra su voluntad, no pudieron sino cruzarse de brazos y conceder el partido. El Barcelona conquistó Bernabéu. Carletto deberá esperar para ganar a los culés, al menos un mes.
Que quede claro, habrá muchas críticas contra Undiano Mallenco, pero la verdad sea dicha: el partido lo tuvieron los jugadores, varios penaltis no pitados para unos, uno que no lo era pitado para los otros... sinceramente, eso da igual. Tuvo sus cojones pitando tres penalties en el Bernabéu y los favorables al Barcelona eran, siento mucho no coincidir con vosotros esta vez. Esto es parte del fútbol, no lo olvidemos y sin la polémica perderíamos mucho. Que quizás sea un timo, seguramente. Amigos míos, en cuanto tenga una pista como el viernes la contaré aquí. Pero lo de anoche fue otra cosa: cualquiera pudo haber ganado, pudo verse un 0-2, un 1-3 (Piqué salvó en la línea de gol) y el Madrid pudo haber ganado. Perfectamente. Es más, ME ENORGULLEZCO DEL REAL MADRID VISTO AYER. También del Barcelona, claro está, especialmente de ellos. Ayer debió darse 3 puntos a los dos equipos. Pero se los llevaron los míos. Lucharon, se partieron el brazo por los tres puntos y lo consiguieron. Martino le ganó la partida a Ancelotti y Messi a CR7. Pese a la defensa poco fiable, del mediocampo para arriba aquello fue relojería suiza, con precisión, con cambios llegando en el momento adecuado. Y el Madrid, nada criticable: hicieron también un señor partido pese a no aguantar el ritmo endiablado ya al final. Pero atentos, ni Di María (vio su quinta amarilla) ni Ramos jugarán contra un Sevilla enrachado, el Atleti es el nuevo líder en Liga y tienen al Barcelona a solo un punto, con mucho que se avecina: los de Emery, Real Sociedad, Copa, Champions, Athletic... Si fallan, se arma la marimorena. Anoche, lo sabemos todos, vimos todo un espectáculo en honor al Fútbol, de haber ganado el Madrid seguiría manteniéndolo tan firmemente como hago ahora. Merecieron ganar ambos, pero el golpe sobre la mesa lo dieron los culés y casi la rompen, como Alcántara las redes.
No cabe duda alguna: queda poca Liga (9 jornadas entre tres equipos) y somos los futboleros quienes debemos disfrutarla. ¡A ello compañeros!
P.D.: Hubo un minuto de silencio por la muerte de Adolfo Suárez, el primer y mejor presidente de nuestro país, el único desinteresado. Un hombre honesto en un nido de víboras que le ha sobrevivido. El Ned Stark de la democracia española. Futbolero de pro también. El partido de anoche le hubiera encantado.
Señor@s, ¡VIVA EL FÚTBOL!

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